miércoles, 11 de mayo de 2016

Semillero casero para hortalizas, plantas y flores para tu huerto o jardín

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Semilleros caseros fáciles y útiles


El primer paso es decidir que vamos a utilizar como semillero. Comercialmente existen muchos modelos de semilleros fabricados con materiales distintos, semilleros de plástico, corcho o incluso de turba, etc. Pero también es posible fabricar un semillero casero como por ejemplo vasos de plástico, los culos de botella, la cáscara de huevo, etc. Lo importante es perforar la base con unos orificios lo suficientemente grandes para que drene perfectamente. De este modo además estaréis reciclando.

Si queréis reutilizar los semilleros, estos deben ser de corcho o plástico, pues los que están hechos de turba son biodegradables y están pensados para ser enterrados en el suelo o maceta en el momento en el que se realiza el trasplante. De este modo nos aseguramos de no dañar las raíces de las pequeñas plantas.

Una vez elegidos la semilla y el semillero, debemos rellenarlo con un sustrato especial para semilleros. Es aconsejable mezclar el sustrato con vermiculita o echar un poco por encima del semillero una vez terminada la siembra. La vermiculita servirá para que retenga el agua y los nutrientes al máximo, al tiempo que los libera paulatinamente en las plantas.

Una vez tengamos los semilleros rellenados con sustrato compactar ligeramente, teniendo en cuenta que una vez compacto debe quedar medio centímetro por rellenar. Pero antes debemos colocar las semillas en su interior, pero no todas las plantas funcionan igual, dependiendo de la planta pondremos más o menos semillas. Si se trata de hortalizas como el caso del pimiento, el tomate, el calabacín, etc., con dos semillas bastará, pues si germinan las dos se podrá eliminar una de ellas. En el caso de la cebolla o el puerro por ejemplo, podemos poner tres o cuatro, si germinan todas cuando las trasplantemos las podremos separar y tendremos más unidades.
Una vez lista la siembra es el momento del riego. Al principio el riego debe ser con agua pulverizada. Debemos humedecer bien el sustrato del semillero y es muy importante que la humedad sea constante para que una buena germinación de las semillas.

Los primeros riegos deben ser con agua muy pulverizada, para ello os podéis ayudar de un pulverizador. Humedecer todo el sustrato del semillero, debéis conseguir que esté completamente mojado para conseguir una germinación perfecta.

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